sábado, 14 de enero de 2012

Al cerro La Campana!

Hace cuatro días mi grupo scout y yo nos dirigimos a subir el cerro La Campana, uno de los más destacados cerros de la cordillera de la costa, con más de 1.900 msnm. Quizás  algunos puedan pensar qué sentido tiene subir tanto, algunos dicen que hay un McDonalds en la cumbre, otros que estás tan alto que puedes encontrar al creador. Sea cual sea el propósito de subir, todos tenemos que recorrer el mismo camino, pero lo importante es como lo recorres.
Hay que amar mucho la naturaleza para hacer tan grande esfuerzo y dar todo de ti para llegar a un lugar del cual hay que devolverse, pero todo vale la pena.
Un trayecto muy agotador, pero si no arriesgas no ganas.
Nos levantamos a las 6:30 am para partir a las 8:26 de la mañana, recargamos con agua, guardamos la comida y poco a poco nos fuimos alejando del campamento. Cuando llegamos a la primera aguada parecía que habíamos recorrido tanto, pero aún faltaba mucho. Siempre con la idea en mente de que íbamos a llegar y que no teníamos que rendirnos. Seguíamos caminando. Algunos tenemos más desafíos para subir que otros, uno de mis compañeros tiene problemas en los pies y yo tengo a mi diabetes, pero...naah, da igual, solo era otra persona subiendo con nosotros. Después de subir y subir (esta historia suena mucho más fácil de lo que fue jajajaja) llegamos a la mina, donde había agua para recargar las botellas y el lugar perfecto para descansar un poco y comer. Mucho descanso parece, porque tuvimos que partir. Con mi báculo en mano otra vez a subir.
La vista era maravillosa, el aire era exquisito y los pájaros nos alentaban. Llegamos ya a la placa de Darwin. Todos pensábamos que lo primero que dijo al llegar era "Cerro @!·$%&/(*iao!!". Tras tomarnos como mil y una fotos seguimos, nos encontramos con un letrero que nos advertía del empedrado. Al momento de llegar al empedrado las cosas recién empezaron a ser difíciles... ¿se imaginan?... subir y seguir subiendo, todo parecía un mundo de muñecas desde ahí. A esa altura ya no había vegetación y el Sol era cada vez más pesado.
Roca tras roca, medio trepando, dilucidamos que era el fin. MAJESTUOSO EL AIRE! bellos zorritos corriendo por las rocas, hasta la costa se veía, las aves planeaban y todos reíamos y comíamos. Descansamos un buen rato, luego nos dirigimos a la ceremonia de promesa. La Bárbara, Camilo y yo nos promesaríamos... y que mejor hacerlo en la cumbre de tan respetable montaña. En ese momento es cuando uno se da cuenta que es una insignificancia, que eres lo más pequeño y que hay que respetar lo que nos rodea.
Bajo mi elección, mi padrino sería el Claudio, el jefe delante nuestro y dije la oración "Por mi honor prometo, hacer todo lo que de mi dependa, para cumplir mis deberes con Dios, patria y hogar, defender al prójimo en toda circunstancia y vivir, fielmente, la ley scout. Así sea."... y ya... era una Guía! feliz, el Claudio me puso la pañoleta y me felicitó. Bello. Todo tal como lo imaginé. Ahora, de lo bueno poco, tendríamos que devolvernos al campamento a seguir con nuestras vidas y a contarle a todo el mundo nuestra fascinante historia. Nos quedaba menos de lo que pensábamos, pero más de lo que esperábamos, eso fue lo que me dijo el jefe Daniel, pero la bajada en compañía de tu familia scout era para devolverse y poder bajar otra vez.
Dichosos todos, con las mejillas coloradas, bajamos nuestra nueva historia... El cerro La Campana.








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